jueves, 14 de octubre de 2010

De palabras..

Si las palabras pudieran dibujar obras de arte cuando las decimos, ¿cuáles serían las formas que plasmarían? Seguro habría días, semanas y hasta meses enteros en los cuales, podríamos crear las cosas más surrealistas y bellas que nuestro vocabulario nos permitiera, palabras como fantasía, amor e ilusión estarían en constante uso y los lienzos resultado de ello serían dignos de cualquier galería de arte en el mundo.

Pero, ¿qué pasaría si los pensamientos nos llevarán a emitir palabras hirientes, palabras que quizá dañen más que una agresión física? Seguramente nuestro cuadro se tornaría un  poco más obscuro, pero no por ello menos interesante.

Las sensaciones que se entretejen dentro del mismo ser humano, son tan fascinantes que probablemente, las imágenes puedan representarlas mejor que las frases que podamos expresar a través del habla, ya que considero que un lienzo puede dar pie a diversas interpretaciones, mientras que el uso del habla, en ocasiones, debido al pobre vocabulario que manejamos, limita nuestras oportunidades de utilizar un recurso tan bello como éste, además cuando expresamos algo a través de la palabra hablada, hay veces que no hay más que decir ni más que explicar.

En este sentido, podemos decir frases tan contundentes (hirientes en ocasiones) que no debemos explicar más, que aunque queramos corregir lo dicho, no se puede hacer tal cosa como cuando hacemos un escrito y estamos en la posibilidad de modificarlo, es por ello que es tan importante pensar antes de hablar.

 Seguro en este momento, si mis palabras dibujaran un lienzo, sería una imagen muy surrealista de la vida, ya que por un lado habría colores vibrantes y dibujos de ensueño, mientras que por otro, se plasmarían castillos de noche con una luna llena que no da todo por perdido, que recuerda que ante las tinieblas que puede representar esta etapa del día, siempre hay un espacio para la luz que puede embellecerlo todo, pero que, al  mismo tiempo, recuerda esa parte inherente del ser humano, la obscuridad, más latente en algunos seres humanos que en otros.

En lo personal preferiría la parte llena de colores, de dibujos bellos, pues me recordaría que gracias a todo lo vivido puedo apreciar aquello que me hace feliz, los momentos que me llenan de alegría y las personas que permiten que esa parte del cuadro sea tan vibrante y motivadora. Sin duda, si el método es viable, patentaré la fórmula, reformaré mi vocabulario, del cual, las palabras altisonantes ya no tendrían cabida, y palabras como fantasía, sueños, amor y alegría serían las más recurridas. ¿Por qué no? Como decía el español Pedro Calderón de la Barca: La vida es sueño.

1 comentario: