Ayer, al comenzar un trabajo de investigación, a mi mente vino la idea de un punto a la mitad de una frase, y lo que esto podría significar. Un punto a la mitad de la frase bien podría ser un error de puntuación, o visto de otra forma, un punto fuera de lugar, como quien esta en medio de muchas personas y al final se siente completamente salido de contexto.
Por otra parte, un punto a la mitad de una oración podría ser una nueva forma de estructurarla misma, o bien un punto (rebelde) el cual no deseo estar al final, ahí simplemente olvidado, marcando el final de una idea y dando paso a otra, un punto que se sincero consigo mismo encontrando más agradable el lugar entre las palabras, aunque esto le quite importancia a su esencia y finalmente le haga preguntarse una vez más acerca del lugar que le hubiera gustado tener en las frase, y si la costumbre de haberlo colocado siempre al final, ha marcado ya su propio espíritu.
Quizá ese punto en ese lugar, no busque más que hacernos pensar en donde estamos parados, si ese lugar en realidad es el que nos corresponde, o aun más importante, si es sitio donde queremos estar, ya que no sirve contar con un rol, como en una obra de teatro, sino sabemos en realidad como interpretar al personaje y peor aun si nos sentimos ajenos al mismo.
Cuestionarse siempre acerca del lugar en donde nos encontramos, más allá de generarnos dudas y problemas que un buen psicólogo estaría dispuesto a tratar a cargo de un buen pago, nos permite estructurar nuestros pensamientos de otra manera, y como el punto pensando en las palabras, es bueno conocer quienes nos rodean, estar seguros de su lugar a nuestro lado y tener en cuenta que el punto final lo podemos tener nosotros, siempre y cuando estemos seguros del lugar en el que deseamos estar.
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