Si el lenguaje es otra piel, toquemonos más... es la frase de una canción de Gustavo Cerati, y esto me llevó a pensar acerca del lenjuage que hablamos las mujeres y los hombres y si acaso resulta ser el mismo, o debido a las diferencias propias de la naturaleza humana resulta imposible entablar una comunicación clara y estable.
Supongo que el hecho de venir de Venus y Marte no ayuda en lo absoluto a entender qué quiere decir el otro con las palabras, que en ocasiones, suenan a murmullos o bien son ideas que podemos percibir de manera errónea o inconclusa.
En lo personal, considero mi lenguaje un tanto híbrido, ya que en ocasiones ni yo puedo entenderme, así, no puedo darme a entender, y mucho menos entender a los demás. En este sentido, pido disculpas por aquellos mensajes mal entendidos o simplemente no entendedidos (conocido como avionazo) debido a la falta de conocimiento de todos los códigos del habla, ya que en ocasiones considero, me sería más fácil hablar en clave morse que en español cotidiano.
Por lo pronto, pienso si algún día entenderé las famosas "indirectas" de la gente, o bien si algun día podré desarrollar la capacidad de entender el lenguaje corporal, más sincero que las palabras; o bien seguiré creando mi lenguaje un tanto indescifrable en msn.
Pero si de algo estoy segura, es que me gusta que el lenguaje sea sútil, las directas no son mi fuerte, o pensandolo bien, como dicen por ahí, todo está en la forma, mientras el fondo sea el mismo, y si es así, entonces prefiero la verdad envuelta en un disfraz más feliz.
domingo, 5 de septiembre de 2010
viernes, 3 de septiembre de 2010
para qué dejar la puerta abierta?
Hoy mientras iba de regreso a casa, me ocupé en pensar que finalidad tiene dejar la puerta abierta para que alguien te conozca. Quizá como cualquier habitación abierta, en un comienzo resulta interesante y curioso conocer un lugar nunca antes explorado, quizá sólo nos aventuremos a dar un vistazo, sin embargo, el problema que puede presentarse, es cuando generamos un interes por alguien y lo dejamos entrar a la comodidad de nuestro lugar.
Aunque este no es el problema en sí, es la fuente de la que pueden emanar conflictos dentro de la habitación, debido a que puede presentarse la ocasión en que la otra persona no se sienta cómoda y decida emprender la búsqueda de un lugar más confortable, o bien, cuando su presencia en nuestro lugar de intimidad resulte demasiado molesto como para dejarlo ahí por simple costumbre.
Quizá de ahí el trauma de no dejar la puerta demasiado abierta, nunca se sabe cuando podrá cerrarse de golpe, sin embargo, considero que cuando se deja entreabierta, bien podemos darnos la oportunidad de saber si dejamos entrar a alguien más a nuestra desértica habitación, o bien a una ya repleta alcoba con recuerdos empolvados y cosas de las que en realidad, no sabemos otro posible lugar donde colocar.
Así es que dejo la puerta entreabierta, haciendo una invitación sútil a aquellos interesados en conocer nuevos lugares, aunque aquí no hay garantía de lo que puedan encontrar...
Aunque este no es el problema en sí, es la fuente de la que pueden emanar conflictos dentro de la habitación, debido a que puede presentarse la ocasión en que la otra persona no se sienta cómoda y decida emprender la búsqueda de un lugar más confortable, o bien, cuando su presencia en nuestro lugar de intimidad resulte demasiado molesto como para dejarlo ahí por simple costumbre.
Quizá de ahí el trauma de no dejar la puerta demasiado abierta, nunca se sabe cuando podrá cerrarse de golpe, sin embargo, considero que cuando se deja entreabierta, bien podemos darnos la oportunidad de saber si dejamos entrar a alguien más a nuestra desértica habitación, o bien a una ya repleta alcoba con recuerdos empolvados y cosas de las que en realidad, no sabemos otro posible lugar donde colocar.
Así es que dejo la puerta entreabierta, haciendo una invitación sútil a aquellos interesados en conocer nuevos lugares, aunque aquí no hay garantía de lo que puedan encontrar...
domingo, 29 de agosto de 2010
sin dejar de mencionarlo...
No podría ser un blog mío, sino escribiera alguna vez sobre Gustavo Cerati. Seguro algunos de los que habrán leído el título: alimentando la utopía , se habrán dado cuenta del origen de ella, y para aquellos que no lo saben, es una de las frases de una canción de mi amor platónico, si, los conejos también soñamos con amores imposibles y cuentos de princesas tipo Disney, seguro ahora entienden mis traumas.
Podría plasmar miles de sentimientos acerca de uno de los autores más importantes del soundtrack de mi vida, sin embargo, en esta ocasión hablaré de una canción cuyo título lleva por nombre, Vivo.
Alguna vez pasé por aquel sentimiento conocido como desamor y pensé en crear una cura para el mal de amores, hasta que llego a mí un disco llamado Siempre es hoy, donde viene la canción antes mencionada, y de la cual, rescato la frase “el fin de amar sentirse más vivo”. En realidad, creo que pocas veces al dejar a aquella persona que consideramos nuestra media naranja, sentimos un dolor tan profundo que quizá cega nuestra razón y no podemos notar que el dolor del que emana nuestro sufrimiento es razón suficiente para sentirnos más vivos.
Sé que el amor es un tema muy trillado, y no espero encontrar la respuesta a todos los misterios que genera, pero sin duda, si en algún momento llego a encontrar la cura, no duden queridos amigos, en que podré compartirla con ustedes, claro, todo por una módica cantidad, ¿quién dijo que amar fuera gratis?
Los invito a escuchar la canción, ya que sin duda, el amor será uno de mis temas recurrentes, después de todo, sin el desamor ¿cómo podríamos saber que realmente amamos? Disfrutemos entonces ambas caras de la moneda, sin olvidar que la moneda siempre puede cambiar de dueño.
Podría plasmar miles de sentimientos acerca de uno de los autores más importantes del soundtrack de mi vida, sin embargo, en esta ocasión hablaré de una canción cuyo título lleva por nombre, Vivo.
Alguna vez pasé por aquel sentimiento conocido como desamor y pensé en crear una cura para el mal de amores, hasta que llego a mí un disco llamado Siempre es hoy, donde viene la canción antes mencionada, y de la cual, rescato la frase “el fin de amar sentirse más vivo”. En realidad, creo que pocas veces al dejar a aquella persona que consideramos nuestra media naranja, sentimos un dolor tan profundo que quizá cega nuestra razón y no podemos notar que el dolor del que emana nuestro sufrimiento es razón suficiente para sentirnos más vivos.
Sé que el amor es un tema muy trillado, y no espero encontrar la respuesta a todos los misterios que genera, pero sin duda, si en algún momento llego a encontrar la cura, no duden queridos amigos, en que podré compartirla con ustedes, claro, todo por una módica cantidad, ¿quién dijo que amar fuera gratis?
Los invito a escuchar la canción, ya que sin duda, el amor será uno de mis temas recurrentes, después de todo, sin el desamor ¿cómo podríamos saber que realmente amamos? Disfrutemos entonces ambas caras de la moneda, sin olvidar que la moneda siempre puede cambiar de dueño.
jueves, 26 de agosto de 2010
de ideas descabelladas
Primera sensación: pánico escénico
¿Qué escribir cuando el recuadro en blanco impone y más fácil sería dibujar un esbozo a redactar palabras?
Nunca había considerado escribir en un blog, quizá el simple hecho de hacer "públicas" mis ideas sonaba demasiado pretencioso para mi, quizá en parte, miedo al rídiculo o quizá la incertidumbre de no saber que piensa el observador al otro lado de la pantalla acerca de todas las proyecciones que sin querer, daré a conocer.
En algún momento también pensé en la idea descabellada de que algún día las palabras se terminaran, y que me quedara con sentimientos que dieran lugar a pensamientos que jamás nadie podría leer. Imaginé la idea de que al nacer, nos dieran una cantidad exacta de palabras para utilizar el resto de nuestra vida, quizá esto me llevaría a pensar más lo que escribo en estas líneas, o quizá me llevaría al punto de desperdiciarlas de una vez para no tener que utilizarlas de nueva cuenta.
Y aquí me encuentro, intentando buscar las palabras adecuadas para pensamientos no sensatos, y dejando la puerta abierta para aquellos interesados en una mente no tan cuerda.
¿Qué escribir cuando el recuadro en blanco impone y más fácil sería dibujar un esbozo a redactar palabras?
Nunca había considerado escribir en un blog, quizá el simple hecho de hacer "públicas" mis ideas sonaba demasiado pretencioso para mi, quizá en parte, miedo al rídiculo o quizá la incertidumbre de no saber que piensa el observador al otro lado de la pantalla acerca de todas las proyecciones que sin querer, daré a conocer.
En algún momento también pensé en la idea descabellada de que algún día las palabras se terminaran, y que me quedara con sentimientos que dieran lugar a pensamientos que jamás nadie podría leer. Imaginé la idea de que al nacer, nos dieran una cantidad exacta de palabras para utilizar el resto de nuestra vida, quizá esto me llevaría a pensar más lo que escribo en estas líneas, o quizá me llevaría al punto de desperdiciarlas de una vez para no tener que utilizarlas de nueva cuenta.
Y aquí me encuentro, intentando buscar las palabras adecuadas para pensamientos no sensatos, y dejando la puerta abierta para aquellos interesados en una mente no tan cuerda.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)