Primera sensación: pánico escénico
¿Qué escribir cuando el recuadro en blanco impone y más fácil sería dibujar un esbozo a redactar palabras?
Nunca había considerado escribir en un blog, quizá el simple hecho de hacer "públicas" mis ideas sonaba demasiado pretencioso para mi, quizá en parte, miedo al rídiculo o quizá la incertidumbre de no saber que piensa el observador al otro lado de la pantalla acerca de todas las proyecciones que sin querer, daré a conocer.
En algún momento también pensé en la idea descabellada de que algún día las palabras se terminaran, y que me quedara con sentimientos que dieran lugar a pensamientos que jamás nadie podría leer. Imaginé la idea de que al nacer, nos dieran una cantidad exacta de palabras para utilizar el resto de nuestra vida, quizá esto me llevaría a pensar más lo que escribo en estas líneas, o quizá me llevaría al punto de desperdiciarlas de una vez para no tener que utilizarlas de nueva cuenta.
Y aquí me encuentro, intentando buscar las palabras adecuadas para pensamientos no sensatos, y dejando la puerta abierta para aquellos interesados en una mente no tan cuerda.
Siempre me interso por tu mente, por conseguir arrancarte una sonrisa para iluminar los senderos donde se palpan mis pensamientos. Siempre me intereso por tí, porque sin ese interés la vida no tiene sentido. Siempre soy ese que se alimenta tu utopía (no sólo la frase de cerati) y me retroalimento de tu belleza. Soy aquella sombra que difumina tu luz. Y aquí estoy... Bebiendo la Pereza de Soñar. Gracias por estar aquí.... Gracias
ResponderEliminarCiertamente todos somos materia, por lo que siguiendo las leyes de la física, solo nos transformamos. Pero el género humano definitivamente ha de encontrarse en un lado aparte, porque no sólo somos capaces de transformarnos a nosotros mismos, sino tambien de transformar lo que nos rodea.
ResponderEliminarComprendo la finitud de las palabras, pero dudo de la incapacidad de la mente humana...por naturaleza, somos eternos insatisfechos ;)
Yo seré de tus lectores, debes tenerlo por seguro. La finitud de las palabras fue algo que me llamó la atención y me pusó triste de tan solo pensarlo, lo bueno es que después me dí cuenta que eso no es cierto. Las palabras no se acabarán...
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